Arresto de Jesús en Getsemaní

El arresto de Jesús ocurrió mientras oraba en el jardín de Getsemaní

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El arresto de Jesús en el jardín de Getsemaní. Litografía del artísta Scheuch en 1907.  sedmakz/Getty Images

La historia bíblica del arresto de Jesús en Getsemaní fue así. Ocurrió mientras el oraba en el jardín de Getsemaní con los doce.

Arresto de Jesús en Getsemaní

La tarde del primer día de las fiestas del pan sin levadura, Jesús y sus 12 discípulos celebraron la pascua con una cena. Ahí, Jesús anunció que uno de ellos lo iba a traicionar. Después de haber cenado, el grupo fue al Monte de los Olivos.

Es aquí, durante esta escena tarde en la noche, que empezamos a entender el sufrimiento humano de Jesús. Cuando llegaron al huerto de Getsemaní, pidió a sus discípulos que se mantuvieran orando mientras subió a un lugar aparte con Pedro, Jacobo y Juan. Estos tres discípulos vieron a un Jesús muy angustiado. Quizás nunca lo habían visto en esa condición de tristeza profunda.

Fue sincero con ellos y les dijo: "Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos conmigo".

Se alejó un poco más y se inclinó hasta tocar el suelo con la frente. Algunas versiones dicen que cayó al piso. Con el corazón cargado oró: "Padre mío, si es posible, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú".

Cuando se paró regresó al lugar donde estaban los tres discípulos y los encontró durmiendo. "¿Ni siquiera una hora pudieron ustedes mantenerse despiertos conmigo?," les dijo. "Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles".

Una segunda vez se apartó y volvió a orar: "Padre mío, si no es posible evitar que yo sufra esta prueba, hágase tu voluntad".

Jesús sabía que los próximos días iban a ser de inmenso dolor. Hasta los profetizas habían dado detalles de la tortura que tendría que soportar y de los clavos que entrarían en su cuerpo. En su naturaleza humana no pudo resistir el golpe al corazón, a la mente, al cuerpo, y por esta razón oraba para que Dios estuviera con él. Lucas 22:44 dice que "En medio de su gran sufrimiento, Jesús oraba aún más intensamente, y el sudor le caía a tierra como grandes gotas de sangre".

En la soledad de Getsemaní Jesús pudo haber tomado el chance de escapar, de huir y librar su propia vida. Si lo hubiese hecho, ¿Qué, entonces, hubiese pasado con nosotros? Jesús fue obediente a la voluntad de Dios, se levanto después de orar y regreso a los discípulos, los cuales encontró de nuevo durmiendo.

Dijo: "¿Siguen ustedes durmiendo y descansando? Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levántense, vámonos; ya se acerca el que me traiciona".

En ese momento Judas apareció con guardias y un grupo de gente armada listos para tomar al Mesías en custodia. Se acercó a Jesús y con un beso lo saludo. Esa era la señal que había acordado con los líderes que organizaron el arresto. Fue de esta forma que Judas, uno de los 12 discípulos, traicionó a Jesús.

Cuando los guardias lo tomaron, esos discípulos que no podían mantenerse despiertos, de repente se alzaron a sus pies y estaban sorprendidos y asustados. Solo unas horas antes habían cenado con él y ahora unos guardias se lo llevaban a espada. No les parecía justo, no tenia sentido que este hombre que se dedicó a mostrar amor hacia los demás y revelar las verdades de Dios al pueblo, fuera tratado como un criminal. Al ver esto, Pedro también sacó su espada y le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús, nunca dejando de dar ejemplo de las cosas que el mismo enseñaba, ordenó a que Pedro guardara su espada, y tocando la oreja de ese joven lo sanó.

Arrestándolo, llevaron a Jesús a la casa del sumo sacerdote donde empezó su interrogación. Al siguiente día lo condenaron a muerte en una cruz.

Puedes leer sobre la historia completa en los evangelios: Mateo 26, Marcos 14 Y Lucas 22.

(Versión de la Biblia usada: Dios Habla Hoy, United Bible Societies, 1996)