Parábola del banquete de bodas

La parábola del banquete de bodas de Lucas 14:16-24

Denise Krebs

La parábola del banquete de bodas fue usada por Jesús mientras enseñaba sobre el reino de Dios. Un hombre que estaba escuchando exclamó lo bueno que seria participar de un banquete en el reino de Dios. Jesús tomó la oportunidad para explicar que no todos han aceptado la invitación de participar en el banquete que Dios nos ofrece. Esta parábola es parte de una ilustración más larga que empieza con laparábola de los convidados de las bodas.

La parábola del banquete de bodas de Lucas 14:16-24:
Sucede con el reino de los cielos como con un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Mandó a sus criados que fueran a llamar a los invitados, pero éstos no quisieron asistir. Volvió a mandar otros criados, encargándoles: "Digan a los invitados que ya tengo preparada la comida. Mandé matar mis reses y animales engordados, y todo está listo; que vengan al banquete." Pero los invitados no hicieron caso. Uno de ellos se fue a sus terrenos, otro se fue a sus negocios, y los otros agarraron a los criados del rey y los maltrataron hasta matarlos. Entonces el rey se enojó mucho, y ordenó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su pueblo. Luego dijo a sus criados: "El banquete está listo, pero aquellos invitados no merecían venir. Vayan, pues, ustedes a las calles principales, e inviten al banquete a todos los que encuentren." Los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos; y así la sala se llenó de gente.

Cuando el rey entró a ver a los invitados, se fijó en un hombre que no iba vestido con traje de boda. Le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí, si no traes traje de boda?" Pero el otro se quedó callado. Entonces el rey dijo a los que atendían las mesas: "Átenlo de pies y manos y échenlo a la oscuridad de afuera. Entonces vendrán el llanto y la desesperación." Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.» (Mateo 22:1-14, Dios Habla Hoy)

Significado y enseñanzas:

El rey: Representa a Dios.

El hijo del rey: Representa al Hijo de Dios, Jesús.

El banquete: El reino de Dios, accesible a través de Jesús.

Los invitados: Israel, el pueblo escogido. Los judíos tuvieron el privilegio de tener a Jesús entre ellos, escuchar sus enseñanzas y ser testigos de su sacrificio en la cruz. Aun así, el pueblo lo rechazó y no lo aceptaron como el mesías prometido. El reino era para ellos primero, pero lamentablemente no valoraron el mensaje de Dios por medio de Jesús y de los profetas.

Los criados: Estos representan a los profetas que Dios envió a Israel.

Los que llenaron el banquete: Las puertas del reino de Dios están abiertas para todos lo que aceptan su invitación. Es para el judío y para el no judío. El verso 10 en el pasaje de Mateo dice que el banquete fue lleno tanto de gente buena como de gente mala. El pasaje en Lucas describe a estos invitados como pobres, inválidos, ciegos y cojos.

La invitación: Esta invitación es la de aceptar a Jesús como Señor y Salvador.

El que no estaba vestido para la boda: Para entrar al cielo una persona tiene que estar vestido de rectitud, de fe y todas esas cosas que dan evidencia de que una persona ha servido a Dios fielmente. El banquete será disfrutado por aquellos que han estado listos y adecuadamente preparados para presentarse frente al Rey.

Puntos claves para recordar:

  • Dios abre las puertas de su reino para todos.
  • Dios no esconde su invitación.
  • Si ignoramos la invitación no podremos participar del banquete.
  • Es importarte aceptar la invitación y estar siempre listos para el día en que Dios nos llame a su presencia.
  • Jesús es la llave que abre las puertas del reino.