Las 10 plagas hacen posible el éxodo de Egipto

Aprende sobre las plagas que Dios envió a Egipto.

Las ranas de la segunda plaga. Wellcome Images de Wellcome Trust, Creative Commons, WikiMedia Commons

Dios escogió a Moisés como líder de Israel con el propósito de usarlo para sacar al pueblo de Egipto. El faraón tenía un corazón duro, en parte porque Dios así se lo permitió, y no quería dejar soltar al pueblo de Israel que estaba bajo esclavitud. En consecuencia a que el faraón se negaba dejar ir libre al pueblo, Dios envió 10 plagas a Egipto como castigo.

Las plagas ocurrieron en secuencia: Moisés y su vocero Aarón se presentaban frente al faraón y le pedían que dejara ir al pueblo, el faraón decía que no, Dios enviaba la plaga, la petición se le hacía nuevamente al faraón, el faraón continuaba con el corazón duro, y una nueva plaga atormentaba a Egipto. Las plagas nunca afectaron al pueblo hebreo excepto que el faraón aumentaba el trabajo de ellos y los trataba con más crueldad.

Al faraón no le quedó otra más que rendirse después de la décima plaga, la más terrible y trágica de todas. Puedes leer sobre cada una de ellas en el antiguo testamento, Éxodo 7-11.

La plaga de sangre (Éxodo 7:25): Aarón golpeo las aguas del rio Nilo con la vara que Dios le había dado a Moisés. Esto causo que toda agua en Egipto se convirtiera en sangre. Todo pez murió y el rio apestaba. Egipto se encontró sin agua para beber por varios días.

La plaga de ranas (Éxodo 8:1-15): Por orden de Dios, Moisés le dijo a Aarón extendiera la vara sobre los ríos, arroyos y lagunas porque Dios causaría que de las aguas salieran ranas. Las ranas prácticamente invadieron cada especio, tanto afuera como adentro, de Egipto.

La plaga de mosquitos (Éxodo 8:16-19): En esta ocasión la vara fue golpeada en el suelo e hizo que el polvo se convirtiera en mosquitos. Los mosquitos picaban a los hombres y a los animales. Donde quiera que hubiera polvo en Egipto había mosquitos.

La plaga de tábanos (Éxodo 8:20-32): Esta vez una densa nube de tábanos causo caos en todo Egipto, excepto en el área de Gosén, porque ahí vivía el pueblo de Dios.

La plaga en el ganado (Éxodo 9:1-7): Animales como los caballos, vacas, chivos, toros, carneros, etc., murieron en todo el país excepto el ganado que le pertenecía a los israelitas. Imagínate el mensaje que esta ocurrencia dio a un pueblo que adoraban a los carneros, chivos y toros como a dioses.

La plaga de úlceras (Éxodo 9:8-12): Moisés y Aarón tomaron ceniza de un horno la arrojaron al aire. Esto causo que ulceras se abrieran en la piel de cada persona y animal.

La plaga de granizo (Éxodo 9:13-35): El granizo que Dios envió fue tan fuerte, que dice el versículo 24 "que nunca en toda la historia de Egipto como nación hubo una tormenta peor que ésta." Acabo con animales, personas y derribo árboles.

La plaga de langostas (Éxodo 10:1-20): Dios ordeno que Moisés levantara sus abrazos hacia Egipto e hiso que viniera un gran viento. La mañana siguiente ese gran viento trajo tantas langostas que cubría la superficie de tal manera que no se veía la tierra. Las langostas se comieron toda planta y todo fruto que había. No dejaron nada.

La plaga de tinieblas (Éxodo 10:21-29): Egipto estuvo bajo una densa tiniebla por tres días. La oscuridad fue tan espesa que no podían ver absolutamente nada. Durante esos días los israelitas si tuvieron luz.

La plaga contra los primogénitos (Éxodo 11): Moisés le advirtió al faraón que el primogénito de cada hogar iba a morir, incluyendo el del faraón, si no dejaba ir a los israelitas. En preparación para lo que iba a suceder, Moisés y Aarón instruyeron a los líderes de Israel que untaran sangre de cordero en la puerta de cada hogar israelita para que cuando el Señor pasara a tomar la vida de los primogénitos viera la sangre en la puerta y pasara de largo ese hogar. El llanto en Egipto fue tan fuerte a causa de la muerte de los primogénitos que al fin el faraón dejo ir al pueblo de Israel.

Esta última plaga tiene un significado importante. Así como la sangre de un cordero libró a los israelitas de la muerte de sus hijos y produjo la liberación del pueblo, la sangre de Jesús fue derramada como un cordero para librarnos a nosotros de la cautividad del pecado y, por siguiente, la muerte.

Después de este evento el pueblo de Israel salió de Egipto lo más pronto que pudo.