Parábola del administrador astuto

The parable of the unjust steward
 Heritage Images/Getty Images

Jesús usó la parábola del administrador astuto para dar una lección sobre la administración de las riquezas de este mundo y las consecuencias eternas. La parábola se encuentra en el evangelio de Lucas.

Cita bíblica
Lucas 16: 1-13
Mateo 6:24

Palabras e ideas claves: Administración de bienes o talentos, responsabilidad, la astucia, riquezas del mundo vs. riquezas eternas, fidelidad.

La parábola

Un hombre rico tenía un administrador que fue acusado ante su amo de malversar sus bienes. El amo lo llamó y le dijo: "¿Qué es esto que me dicen de ti? Preséntame las cuentas de tu administración, porque desde ahora quedas despedido de tu cargo". El administrador se puso a pensar: "¿Qué voy a hacer ahora? Mi amo me quita la administración, y yo para cavar no tengo fuerzas, y pedir limosna me da vergüenza. ¡Ya sé qué voy a hacer para que, cuando deje el cargo, no falte quien me reciba en su casa!". Comenzó entonces a llamar, uno por uno, a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: "¿Cuánto debes a mi amo?". Le contestó: "Cien barriles de aceite". El administrador le dijo: "Pues mira, toma tus recibos y apunta sólo cincuenta". Al siguiente le preguntó: "¿Tú cuánto le debes?". Le contestó: "Cien sacos de trigo". Le dijo el administrador: "Pues mira, toma tus recibos y apunta sólo ochenta". Y el amo elogió la astucia de aquel administrador corrupto porque, en efecto, los que pertenecen a este mundo son más sagaces en sus negocios que los que pertenecen a la luz. Por eso, les aconsejo que se ganen amigos utilizando las riquezas de este mundo. Así, cuando llegue el día de dejarlas, habrá quien los reciba en la mansión eterna. (Lucas 16: 1-9)

Significado y lecciones

El administrador, la figura central de esta parábola, perdió su trabajo. Reacciono con un plan de rebajar las deudas de algunos de los clientes de su amo para ganar el favor de ellos. La parábola nos da a entender que estos pequeños favores financieros resultaron de beneficio para este hombre que ahora estaba preocupado por asegurar su comodidad, y nos imaginamos que la de su familia, ya que no tenia un ingreso fijo. Seguramente, estos nuevos amigos lo ayudarían a él en su momento de necesidad. ¿Hiso bien este hombre? Jesús dice en el verso 8 que el amo elogió la astucia de aquel administrador pero también lo llamó corrupto.

La intención de Jesús con esta parábola no fue animar el engaño y la traición. Más bien, él quiso ilustrar la importancia de usar los recursos que tenemos disponibles para el bien de los demás, hasta para evangelizar, y para asegurar nuestros tesoros en el cielo. Si un corrupto sabe administrar bien sus recursos, imagínate lo que puede hacer una persona justa, con un corazón dispuesto a servir a Dios. A veces pensamos que no tenemos lo suficiente para dar o para servir. Usa la creatividad, abre tu mente, y toma tiempo para considerar como puedes ganar nuevas amistades para el reino de los cielos.

Después de esta parábola Jesús hizo una advertencia contra el amor al dinero. En varias ocasiones Jesús usó el dinero como símbolo de la vanidad y el pecado. Como todos lo necesitamos para el diario vivir, el dinero ocupa un gran lugar en nuestros corazones y en nuestras mentes. Algunos llegan al punto de dejarse manipular por las ambiciones asociadas con el dinero, como lo es el poder y la popularidad. Para el corrupto, el dinero es un dios. Así que, Jesús dice en el verso 13: "Ningún criado puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecerá al uno y apreciará al otro, o será fiel al uno y del otro no hará caso. No pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero."

Oremos que nuestro corazón este siempre en las cosas de Dios. De otra manera no tendremos esperanza para sobrevivir las tentaciones de este mundo.

Puntos claves para recordar

  • Puedo mejor administrar los recursos que Dios me ha dado.
  • Debo de hacer todo lo posible para ganar amistades aquí en la tierra y así introducirlos al evangelio.
  • Podemos servir a un solo amo: Dios o el dinero.
  • Las riquezas verdaderas están en el cielo.